domingo, 14 de diciembre de 2014

Bibliografía y aclaraciones

A continuación mencionamos los autores consultados, tanto los propuestos por la Cátedra de Historia social y política argentina, como otros buscados por cuenta propia.

Historia del periodismo argentino – Miguel Angel de Marco.

Construcciones impresas. Panfletos, diarios y revistas en la formación de los estado nacionales en América Latina – Paula Alonso. (año de edicion: 2003)

Anarquismo, cultura y politica libertaria en Buenos Aires – Juan Suriano. (2001)

Regueros de tinta: El diario Crítica en la década de 1920 – Sylvia Saitta.

Viento de Fronda: liberalismo, conservadurismo y democracia en la Argentina – María Ines Tato.

• Presidencia de Juárez Celman. El unicato - Alejandro Justiparan.

• Autogobierno - Wikipedia. 

• Telégrafo mercantil - Portal Planetas

• Gazeta de Buenos Ayres - Wikipedia.

• Breve historia del periodismo - Capítulo 1





Finalmente, queremos aclarar que, si bien el programa de la materia de Historia social y política argentina continua con unos cuantos temas, no abordan la historia de un periódico propiamente dicho, sino de otros referentes de la historia argentina. Como el tema que hemos seleccionado es Historia de los periódicos, acabamos la producción en este punto. 

Diario La Fronda

Contexto 1930/1932

Francisco Uriburu creo el diario La Fronda, en 1919. Desde sus páginas se produjeron críticas hacia el radicalismo irigoyenista, que se calmaron con la llegada de Alvear  a la presidencia. Sin embargo, con la nueva victoria irigoyenista en las elecciones de 1928, el diario se acercó cada vez más a la extrema derecha. El quiebre definitivo de la postura democrática conservadora de La Fronda se dio con el apoyo al golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, en el que participó el primo del creador del diario, Felix Uriburu. La Fronda pregonaba la instalación de un gobierno autoritario. 


Cumplido su objetivo, Francisco Uriburu dejó en libertad de acción a sus periodistas, que tendrían que defender el gobierno surgido del golpe militar, pero en el fondo no renunciaría a fijarle su rumbo editorial: Uriburu quería dejar de lado las estridencias a las que había llegado el diario, en su combate contra el radicalismo. 
Aunque las intervenciones de Uriburu en el diario fueron escasas, a pesar de ser su creador, hay matices que diferenciaron su postura de la adoptada por los redactores. Por ejemplo, en cuanto al carácter de la revolución. Uriburu la definía como una "revolución civil y militar", mientras que el diario destacó la importancia de "los civiles desarmados". 
El creador del diario minimizó la componente cívico del golpe, atribuyéndoselo todo al general José Felix Uriburu y su "logia revolucionaria". 

La Fronda legitimó y apoyó todas las medidas implementadas por el gobierno militar, tales como las limitaciones a las libertades individuales y a la libertad de imprenta y prensa. El diario también legitimó la vigencia del estado de sitio, encontró razonable la implementación de la Ley Marcial, ya que permitía operar "supresiones radicales" y recomendó al gobierno aplicarla sin restricciones. 

Sin embargo, la adhesión de La Fronda al gobierno autoritario la envolvió en las mismas indefiniciones que habrían de caracterizar al régimen de septiembre. Creyó que la reestructuración del régimen político debía pasar por la supresión de la Ley Sáenz Peña, dado que la igualdad política era “antinatural”, el sufragio universal era “un instrumento absurdo”, que debía ser suplantado por un “sistema de jerarquías” efectivo que evitara una regresión histórica. La Ley Sáenz Peña había consistido en una revolución en sí misma, por medio de la cual “el suburbio llego al gobierno”, la revolución del 6 de septiembre era la contrarrevolución.
Para La Fronda la salida electoral debía estar subordinada a la reforma del sistema político. Algunas de sus propuestas consistían en:


  •  Fijar restricciones al sufragio (supresión del votante menor de edad, del desempleado, del delincuente, del analfabeto).
  • Propuso la implementación del voto público y voluntario, ya que para ellos el secreto del sufragio era “un instrumento de mentira e hipocresía”. Se podía ejercer la manipulación.
  • Destacó la necesidad de suplantar el sistema de lista incompleta, por otra modalidad no definida de representación.

En enero de 1931, el Partido Conservador Bonaerense proclamó su solidaridad con el gobierno provisional y su voluntad de fundar y liderar un partido nacional identificado con los valores y los objetivos de la revolución, entre los que incluía la reforma de la Constitución. La Fronda celebró la decisión del partido de abandonar “la tendencia izquierdista-demagógica” que había ostentado hasta entonces para encolumnarse tras el gobierno.

El primer jalón en el cronograma electoral fue la provincia de Bs. As, los conservadores mostraron una confianza absoluta en su éxito en los comicios. Para exhibir una victoria más contundente Sánchez Sorondo (Ministro del Interior) no obstaculizó la participación electoral de la UCR, en cambio La Fronda no participó del mismo optimismo. Pero dado que la elección del 5 de abril de 1931 fue planteada por el gobierno como una decisión irreversible, el diario acalló sus cuestionamientos y se orientó a combatir a un radicalismo que estaba dando señales de unificarse bajo el liderazgo de Alvear.Los radicales ganaron las elecciones. La Fronda negó cualquier responsabilidad del gobierno o de Sánchez Sorondo en el fracaso del conservadurismo en la provincia, pero sí atribuyó a la alteración de los padrones como causa del éxito electoral del radicalismo. 

La Fronda insistió en la modificación de la legislación electoral: voto voluntario, público y calificado, exigencia del documento de identidad, certificado de buena conducta, etc. También alentó a la creación de una liga de patriotas armados, que estén dispuestos a contener el avance del radicalismo. Esto derivó en la creación y reconocimiento de la Legión Cívica Argentina, una organización paramilitar que actuaba como fuerza de choque al servicio del gobierno. 
El diario aconsejaba instaurar un gobierno militar y reiteraba la propuesta corporativa de Uriburu, de un sistema que asegurara "gobiernos jerárquicos". Pero estas innovaciones carecían de apoyo en la opinión pública y en el mismo ejército. 

El gobierno tuvo que aceptar la realidad y empezar a adaptarse, pero La Fronda se negaba a reconocer la imposibilidad de un régimen militar, rechazaba a Alvear (con quien Uriburu buscó establecer un acuerdo no irigoyenista para frenar al general Justo, que contaba con vínculos en los partidos) y se negaba a la reimplantación de la democracia de partidos. 
El gobierno propuso una limitada reforma de la constitución, pero esto provocó rechazo en los partidos políticos. 
A pesar que el gobierno decidiese, finalmente, vetar las candidaturas de personas vinculadas al régimen previo al 6 de septiembre, y ordenase la detención de aquellos que participaron en el levantamiento, incluyendo de esta manera a Alvear, estas acciones no hicieron más que garantizarlo como líder de la UCR, con el apoyo ahora de Irigoyen, y definirlo como candidato natural de la agrupación para la Presidencia. Como consecuencia, se buscó neutralizar esta candidatura, aludiendo que no había pasado un período completo desde la finalización de su mandato. No obstante, las trabas impuestas al radicalismo dejaron el camino libre a la candidatura de Justo. 

La Fronda tuvo que reconocer el contexto del momento; aceptar su poca influencia en el gobierno, y empezar a moverse hacia una actitud prudente, para no quedar mal parado ante un eventual apoyo oficial a la candidatura de Justo.
Finalmente, Uriburu tuvo que inclinarse por el que consideraba un mal menor, factor que definió la consagración del general Justo.  





Material para consultar: ¿Un fascismo argentino? Por Juan Luis Carnagui


Diario Crítica


Natalio Botana fue el director del diario Crítica, fundado en septiembre de 1913, ganando un lugar en la historia del periodismo argentino. Fue un diario de circulación masiva, que articulaba denuncia para presionar a los sectores del poder, sensacionalismo, crónicas policiales y artículos de diferentes escritores y autores de la época, resultando una innovación tanto en el contenido como en la técnica periodística.
Crítica interpela a los lectores como votantes. El rol del diario es de agente político.

Tiene una fuerte vinculación con el socialismo (y más tarde, con el socialismo independiente), por el desprecio hacia el irigoyenismo. Por lo consiguiente, atraviesa una primera etapa de un contundente discurso "anti irigoyenismo" y, más adelante, aunque resulte contradictorio, de "pro irigoyenismo".
El diario opera abiertamente dentro de la coyuntura política del país.
Si bien no lo hace desde un principio, refleja la división del partido socialista. Optando por el lado que no se opone a su diario, que lo acusa de "falso obrerismo", al promover la división del movimiento sindical organizado.
El socialismo quedó partido en dos: el Partido Socialista Independiente con Antonio de Tomaso a la cabeza, y el partido Socialista "original", liderado por Nicolás Repetto, este partido demostró su apoyo a la Federación Gráfica Bonaerense, que en 1926 realiza una huelga en los talleres del diario. La falta de apoyo de Crítica al partido socialista, tuvo como consecuencia que perdiera una cantidad importante de votos en las elecciones siguientes. Demostrando de esta manera, la influencia que el diario Crítica tenía en la sociedad, y los efectos positivos que producía en el partido teniendo su apoyo. Apoyo que sí benefició al Partido Socialista Independiente, que logró entrar al Congreso, que promueve las leyes que el diario reclama.



Para las elecciones siguientes, en 1928-1929, de diputados, provincial, etc, Crítica promueve a los socialistas independientes pero, sobre todo, que se vote en contra del irigoyenismo. Con el paso de los meses, la campaña contra el gobierno radical adquiere un grado de agresividad inédito, tanto por los términos agraviantes con que se habla del presidente  como las crueles caricaturas distribuidas en todas las páginas, que desemboca en la participación de Critica en la preparación del golpe del 6 de septiembre de 1930, los periodistas llevan a cabo la violenta campaña exigiendo la renuncia de Irigoyen a la presidencia del país.
Efectivamente, Irigoyen renuncia a la presidencia de la Nación el 5 de septiembre, y asume el vicepresidente Enrique Martínez, quien decreta el estado de sitio y encarga al jefe de policía dirigir un comunicado a los diarios, indicándoles la abstención de publicar noticias que pudieran afectar los intereses nacionales. Botana resiste la intimación y anuncia que la 6º edición saldría a la calle, el diario es lanzado desde los balcones de la Av. De Mayo, su edición es confiscada y quemada en grandes hogueras hechas en el centro de la calle.A pesar del estado de sitio, se realiza la reunión plenaria para concertar la fecha del golpe de estado y la participación de los civiles en las maniobras. Están presentes los líderes de los partidos políticos de la oposición y los representantes del Gral. Uriburu. Se resuelve que al día siguiente, 6 de septiembre, estallaría la revolución y Crítica tiene la primicia. 
 

La activa participación en el golpe de estado constituye para Crítica  un logro informativo y el cumplimiento de un deber patriótico. El diario reconfigura  su imagen pública redefiniendo los alcances  del periodismo moderno y presenta su heroica intervención en la “revolución” como la prueba de ser el “único diario que se juega entero en defensa del pueblo”. El 6 de septiembre  Critica demostró ser “el pueblo mismo” ya que desde ahí se centralizó la dirección civil de la revolución.
Sin embargo, Crítica no se vio beneficiado una vez asumido el gabinete de Uriburu. Sumado a otros factores, el diario recibe constantes clausuras, hasta llegar al punto culminante de la encarcelación de su director, Natalio Botana, y su esposa.



Material para consultar: Diario Crítica - En el medio.

Prensa anarquista





Un poco del contextoLos periódicos han sido desde la revolución francesa el eje de las organizaciones y las luchas políticas. En la Declaración de los Derechos del Hombre se establecía que la libre expresión de las ideas y opiniones era uno de los derechos fundamentales del individuo. Hasta las revoluciones de 1848 ese derecho era casi exclusivamente burgués en el sentido que el acceso a la prensa requería, casi sin excepción, instrucción y propiedad. A partir de ese momento las capas no burguesas, especialmente los trabajadores, ingresaron a la política y sus instituciones fundamentales. Se produjo entonces, una ampliación del público, transformando el sentido de la prensa.
La prensa, y en particular, los periódicos cumplían con las funciones de aglutinar y organizar a los grupos y partidos políticos, difundir y fijar las ideologías, a la vez era un formidable medio para confrontar y polemizar con otros grupos y partidos. Por lo tanto, el periodismo ayudaba a construir un  liderazgo político influyente en la sociedad. Se construye como un representante del país y sus ciudadanos. 



Con la inauguración del primer servicio telegráfico a Europa (1877) en el país, más el proceso de expansión económica y diversificación social, se produjo un gran crecimiento de medios gráficos, que en su primera etapa no se destacaba por la cantidad de tiradas, sino por la cantidad de títulos editados y amplitud temática. 
Este mercado creciente atrajo la llegada de inmigrantes y gracias a los procesos de alfabetización, hacia 1900, se había conformado un amplio campo de lectura popular: Se incorpora al hombre común a la lectura. 
Anarquistas y socialistas percibieron la profundidad de este proceso. 

Además de los progresos de alfabetización, los anarquistas contaban en Buenos Aires con dos condiciones para difundir y desarrollar su labor editora: Por un lado, la facilidad para editar y circular debido a los bajos costos de impresión y venta. Por otro lado, la libertad de prensa que permitía expresar ideas consideradas peligrosas en algunos ámbitos de las esferas gubernamentales y de la élite. A diferencia de la prensa política de las ultimas décadas del siglo XIX, la prensa anarquista pudo circular con relativa libertad, debido a que se dio en un momento en el que la mayoría de los diarios eran de carácter faccioso y partidario. La prensa anarquista estaba siempre al borde de lo permitido, pero en este contexto podía criticar duramente a sus enemigos. 
Esta situación empezó a modificarse luego de las huelgas de 1902. Cuando el discurso anarquista coincidía con lo que pensaban los trabajadores, las autoridades empezaron a limitar la circulación y a recurrir a la censura. Se consideraba a la prensa subversiva como promotora del malestar social. A medida que los conflictos se extendían, crecía el consenso en el gobierno sobre la necesidad de poner límites a la circulación periodística.


 La prensa anarquista, según Juan Suriano, aparece en los años setenta. Era de un marcado carácter ideológico, y a pesar de recurrir a la clase trabajadora, no era una prensa obrera. A pesar de dirigirse a los nuevos públicos, debido a su ensanchamiento y diversificación, y de poner a disposición de la sociedad temas referidos al trabajo, de participar de Asambleas, congresos, etc. No era específicamente obrera, sino que tenía un carácter policlasista. Informaba sobre acontecimientos del mundo laboral, pero privilegiaba temas como la libertad del individuo, el arte y, sobre todo, la ciencia, a la que le adjudicaba un rol redentor, y se adhería al discurso universal y seudocientífico, donde se mezclaban y superponían el darwinismo, naturalismo, etc. 

En sus textos, se apelaba a la emoción, pretendía conmover al lector, a través de frases efectistas, cargadas de dramatismo y valoraciones subjetivas, utilizaban gráficos y tipografías que impacten. Sin embargo, caían en el uso de palabras extravagantes y en un discurso intelectualoide, que los lectores no llegaban a comprender. Además, era imperativa, presionaba a la sociedad a definirse.
Finalmente, tenían una visión binaria de la sociedad: Burgueses concebidos como explotadores, por un lado, y obreros explotados, oprimidos, que no lograban reaccionar, por el otro. Estos discursos terminaban con afirmaciones de carácter retórico, que buscaban incrementar el impacto emocional, a través de llamados a los trabajadores a incorporarse a la causa revolucionaria.

Sin embargo, la multiplicidad y edición simultánea de publicaciones, dispersaba el esfuerzo pues no ampliaba el público, sino que restaba lectores a otros emprendimientos, esto derivaba en la precaria existencia del conjunto de la prensa anarquista. No había una dirección centralizada y unificada, sino que había una gran variedad de posturas. Es decir, había un predominante individualismo, y no se tenía en cuenta las necesidades del conjunto.
Los problemas en la distribución tan solo empeoraban esta situación. La falta de regularidad y escasa duración de sus publicaciones, que dependían de las suscripciones del público (incluso era conflictivo establecer las listas de suscriptores), eran otros factores que contribuían. La falta de regularidad se debía también a la creciente persecución policial.  Sino existía cierta regularidad, se perdían tanto lectores como anunciantes.

La prensa anarquista se encontraba en gran desventaja respecto a la prensa comercial, tanto en lo tecnológico como financiero. Si bien perseguían un fin ideológico diferente y no buscaban necesariamente una ganancia, estos ideales se complicaban frente a los costos de impresión, compra de papel, distribución, etc.

El movimiento anarquista, como proyecto cultural libertario, tuvo dos manifestaciones: De un lado, una presencia relativamente importante en el campo de lectura vinculado al trabajo. Por otro, una vida compleja, marcada por la presente desaparición.

Adjuntamos un vídeo para ampliar el tema: Movimiento anarquista. Contexto y repercusiones
Material para consultar: Rol de la prensa en el movimiento anarquista, por Luciana Anapios

Contexto social y político de Argentina - Periodo 1880 - 1916)





Para entender un poco más el contexto social de la época, del que participaron los diarios de La Tribuna Nacional y Sud-América, adjuntamos esta producción.

Sud-América

Sud - América sale a las calles en mayo de 1884. Fundado para derrotar a Dardo Rocha, el principal rival de Roca durante su administración y el principal contendiente de Miguel Angel Juárez Celman, para las elecciones presidenciales.
Una vez avanzada la campaña electoral, la mayoría de sus redactores y accionistas se inclinaron abiertamente por la candidatura de Juárez Celman y aquellos que no lo apoyaban, se apartaron del diario. Desde entonces y hasta 1890, Sud-América fue el órgano oficial del juarismo.
El diario era el reflejo del Presidente, de manera muy acentuada. Cada palabra pública era reproducida, explicada, justificada y reelaborada. Se encargaba de defender a su líder de las críticas de la prensa opositora. Este rol del diario estaba íntimamente ligado a la concepción de Juárez Celman sobre la prensa y la opinión pública. Consideraba que los diarios formaban opinión, de acuerdo a sus puntos de vista, y no son representantes de la opinión pública.

A pesar que Julio Roca y Juárez Celman perteneciesen a un mismo partido, algunos conceptos de la administración de Roca fueron tomados y llevados a sus extremos durante el gobierno de Juárez Celman.
Sud-América también se destacó por la forma extrema en que sus columnas recurrían al abuso y la mordacidad, rasgos típicos de la prensa política de esos años, pero llevándolos a sus límites. Su contenido fue mucho menos reflexivo y más batallador.
Por ejemplo, la idea de progreso, también desarrollada por Roca, fue reproducida con fórmulas ya conocidas, pero a partir de 1887, fue desplazada por expresiones más extremas.
Además de características como la exageración, entusiasmo y soberbia, presentes en sus columnas, se destaca la idea de que la Argentina se hallaba finalmente encauzada. Sud-América es, entonces, una de las principales fuentes del mito de una Argentina "condenada al progreso."

A contraste de Roca y, por lo consiguiente, de La Tribuna Nacional, temas centrales como el sistema representativo y el fraude electoral eran omitidos o ignorados por Juárez Celman y Sud-América. De igual manera, el rol de la prensa y de los partidos políticos tampoco fueron objeto de reflexión.
Al contrario de LTN, que garantizaba la libertad de  prensa y dejaba en manos del progreso la transformación que debía operarse en la prensa facciosa, Sud-América aparte de hacer uso de la burla y humillación hacia sus opositores, defendía su limitación por la ley. Defendiendo un principio que sostenía que los crímenes derivados de la prensa, deberían ser juzgados por tribunales especiales. En conclusión, defendía el principio de limitar la prensa.

Respecto a partidos políticos opositores, Sud-América exigía su desaparición. Incluso Juárez Celman en sus discursos, ya los daba por desaparecidos, hablando en tiempo pasado, o Sud-América publicaba notas en las que los ridiculizaba, cuando dichos partidos mostraban signos de reorganización.
El Presidente y su diario buscaba y celebraba la existencia de un solo partido, el Partido Autonomista Nacional. La ausencia de oposición organizada, manifestaba el diario, era la mejor evidencia  de que la población "se apartó de la mala senda". Aquí, se presenta la idea de "unicato". Ésta doctrina de partido único, relevante en la definición de la relación entre el gobierno y sus opositores, fue más crucial en las relaciones dentro del mismo Partido Autonomista Nacional (PAN), ya que dentro de éste, la única fuerza política que limitaba al Presidente, algo inadmisible ya que el juarismo pregonaba el poder absoluto en el Jefe de la Nación, era el roquismo. De esta manera, los enfrentamientos entre el roquismo y el juarismo, y entre sus diarios, empezaron a hacerse mucho mas evidentes.
En principio, las tensiones entre el roquismo y el juarismo no se reflejaron en sus periódicos, ni siquiera cuando Juárez Celman hacia uso de la intervención federal, otro contraste con el gobierno de Roca. Este silencio del roquismo se debía, en gran parte, por el rol para el cual el PAN había sido diseñado: como principal instrumento para implementar su política de orden.
Lo que provocó una grieta fue el tema de la jefatura del partido y la búsqueda de Juárez Celman de la unanimidad del poder. Agravada por las constantes intervenciones federales en provincias con gobernadores que no eran fieles al juarismo, o los derrocamientos en las mismas amparados  por el Presidente. Estos factores provocaron el público rompimiento de La Tribuna Nacional con el gobierno de Juárez Celman, quien les cortó las suscripciones, obligándolo a cerrar.
Sin embargo, las debilidades del gobierno de Juárez Celman, como la reducción de la legitimidad a un discurso de progreso como fin y construida sobre lo materialmente contable, discurso que cayó con los signos negativos de la economía, lo llevarían a la crisis y pronto a su renuncia.

Tribuna Nacional

Debemos aclarar que seguimos el programa de estudio propuesto por la Cátedra de Historia social y política argentina, y no necesariamente hacemos un recorrido cronológico, sino que exponemos los temas debatidos en clase. Cabe mencionar, nuevamente, que nuestra campaña de comunicación va dirigida, justamente, a alumnos de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Filosofía y Letras.


La Tribuna Nacional se imprime por primera vez en 1880, no se definía a si mismo como diario oficial del gobierno, pero sí como voz oficial del Presidente, Julio Argentino Roca.



Acorde con las elecciones dudosas o fraudolentas de la época, Roca había asumido recurriendo a estas practicas deshonestas, por lo que uno de los propósitos del diario era justificar o arreglar esta situación: Al no existir ni poder comprobar una legitimidad de elecciones (Roca ganando de manera legitima y verídica), recurrieron y publicaron su legitimidad de ejercicio, es decir, la manera de llevar y ejercer su gobierno. Inclusive no negaba la existencia de vicios en las prácticas electorales, pero sostenía que éstos habían existido siempre (y no surgieron, por lo tanto, con Roca).
Para la oposición en cambio, era el gobierno el principal responsable de violar el principio de representación, pero para La Tribuna Nacional, el responsable se encontraba en la falta de educación del pueblo y en los partidos políticos, que se aprovechaban de la ignorancia.
La solución no se hallaba entonces, como pedía la oposición, en suprimir el sufragio universal, sino en erradicar la causa del fraude (falta de educación en los ciudadanos), a través del progreso económico y la difusión de una cultura de tolerancia.

De esta manera, el diario alababa la libertad de prensa presente en el gobierno de Roca, y su política de libertad y tolerancia que contrastaba marcadamente con las experiencias anteriores. Por otro lado, el gobierno de Roca no buscaba la desaparición de partidos políticos opositores (su ausencia simbolizaría tiranía), incluso los consideraba imprescindibles, ya que éstos debían controlar que no se violara algún orden institucional (algo que no ocurría con Roca, agregaba el diario, por lo que la agitación política era injustificada).
Apoyaba la medida de self government, que regía la relación de Roca con las provincias, y el uso de la influencia personal del Presidente en sus conflictos, en reemplazo de las intervenciones federales, generalmente violentas y abusivas. El rol en el que el Presidente hacía de arbitro en los conflictos provinciales, en busca de soluciones pacíficas, era preferible al uso de la violencia. La legitimación de esta injerencia personal la hallaba el diario en los medios y en los resultados.

Además, La Tribuna Nacional construyó para el gobierno de Roca, una legitimidad basada, como hemos mencionado, en el progreso económico (que acarrearía un progreso moral), como en la recta aplicación de la Constitución. Es en el ejercicio del gobierno, sostenía el diario, donde se expresa la soberanía del pueblo.

Primeros diarios impresos

Aunque se suele mencionar la "Gazeta de Buenos Ayres", periódico redactado en 1810 por Mariano Moreno, con colaboración de diferentes personajes como Manuel Alberti, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, como el primer diario impreso; ya había existido, previamente, diferentes publicaciones, muchas de ellas referidas a cuestiones religiosas y jurídicas, convirtiendo a la iglesia como principal beneficiaria de la imprenta, pues le permitió desarrollar y dar a conocer su labor evangélica.



Otro diario impreso previo a la Gazeta de Buenos Ayres, es "El Telégrafo Mercantil: Rural, político - económico e historiográfico del Río de la Plata", fundado por Francisco Cabello y Mesa en 1º de abril de 1801. Periódico independiente, ya que no recibía subsidios. 
En 1807, surge el primer diario bilingüe del Río de la Plata, llamado Estrella del Sur, editado por ingleses en Montevideo, con el fin de convencer a los habitantes de ejecutar acciones en contra del dominio español.



sábado, 13 de diciembre de 2014

Primeras manifestaciones periodísticas

Según Miguel Ángel De Marco, la difusión de noticias en el territorio argentino registró etapas similares a las de Europa y otras partes de América.
Haciendo uso del hablo oral, se inició con transmisiones de boca en boca, y la propagación de las medidas de las autoridades se realizaba a voz de pregonero y sonando diferentes instrumentos, como el tambor.
Tiempos después, similares a las news letters de los ingleses o nouvelles à la main de los franceses, empiezan a circular en la capital del Plata las hojas manuscritas, conocidas como noticias comunicadas y, por otro lado estaban los pasquines, ambos eran producidos con diferentes propósitos.



Las noticias comunicadas eran aceptadas por las autoridades locales, incluso estimuladas por ellos, cubrían las necesidades informativas de la población, pero se desconoce si tuvieron una circulación extendida y si eran de carácter lucrativo, como las europeas. Mientras que los segundos, eran manifestaciones de deshago político, colocados en la vía pública de manera anónima, o distribuidos de mano en mano. Eran mas sensacionalistas que las primeras, buscaban desacreditar y ridiculizar figuras públicas, por lo que provocaron fuertes reacciones gubernamentales.
Un ejemplo es la hoja llamada Noticias Comunicadas de la Colonia del Sacramento a esta Ciudd de Bus Ayres en 5 Dize del 1759.

Otra manera de acceder a noticias del resto del mundo, era a través de los buques mercantes y barcos de guerra, traían folios sueltos o publicaciones periodísticas en octavo, es decir, hojas que impresas en el anverso y reverso, eran dobladas para formar uno o mas fascículos.






Introducción



Desde sus inicios, la prensa fue concebida como un vehículo para proyectar ideas, difundir plataformas políticas y anhelos sociales. Fue el campo de debate y enfrentamiento entre partidos políticos. Este antecedente rompe con la idea de periodismo objetivo que se instaló, en la actualidad, en los diarios y en el ejercicio del periodista.

Nuestra intención es articular el tema elegido, Historia de los periódicos, con los diferentes diarios y contextos sociales y políticos que estudiamos en la materia Historia social y política argentina, de la carrera de Ciencias de la Comunicación y, a su vez, poner en practica lo que estudiamos en Producción Multimedia, construyendo producciones interactivas y atractivas para el alumno.
Solo tenemos el objetivo de brindar una ayuda al estudiante, para que a la hora de aprender y hacer suyo el conocimiento, éste le sea mucho mas comprensible.